Es terrible, porque vivo cerca de la cordillera y para llegar a mi u no tengo otra que irme en auto o bajar a vespucio y volver a subir, lo cual me demora más del doble de tiempo que si pudiera irme en micro por arriba. Las micros existen, pero las tengo que tomar en unos lugares tan peligrosos que es imposible. Me demoro 1 hora en llegar al metro los domínicos bajando al metro grecia, en cambio en auto me demoro 30 minutos a la universidad. Musho Lusho.
Hay olor a pipí en todas partes, jaurías de perros vagabundos, gente que en vez de trabajar toca el timbre pidiendo comida, micros asquerosas, paraderos quemados, cosas en la calle como "pantrxca nxnca te olvidaremos" que dan miedo.
Mis consejos para vivir en una comuna flayte son:
- Taparse la nariz. Esto puede hacerse con un perro de ropa. Como ya mencioné, hay unos olores asquerosos.
- Tener cara de poto si anda por la calle. Así a los flaytes les das susto y no te tratan de robar.
- No andar mostrando las cosas que uno trae. En jerga flayte: no te alumbrí po
- Hacer de tu casa un bunker. Esto implica subir las rejas o paredes, poner alarmas, púas, cocodrilos, etc.
- No contar con los vecinos. Nunca.
- Vestirse mal. Si uno va muy bien vestido te cachan altiro.
Creo que el título de blog, que hace alusión, de forma intencionada o no, a una linea de publicaciones llamadas "cuentos con alma" está muy acertado, pues es absolutamente lo contrario a esos libros.
ResponderEliminarHay una frase de Ernesto Guevara, con quien no concuerdo en muchas cosas, para aquellos que gustan de tachar de comunista a cualquiera que considere la justicia como un valor esencial en nuestra sociedad; "Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario"
La cito pues todo lo que tu señalas es fruto de la injusticia y la inequidad que existe, y veo que no has sido capaz de ver más allá de lo que a tí te pasa, pues hay personas que han vivido durante generaciones lo que te ha pasado a ti el último mes y que no tienen la suerte de tener un alcalde que no los saque de la comuna, como ha pasado en la mayoría de las comunas de nuestro país, o de salir por sus medios de ese contexto.
Debo decir incluso, que tu publicación me recordó a María Teresa Chadwick hace algunos meses atrás, escribiendo sobre su "cuna de oro" y nuestro status de estudiantes de la UDD.
Creo que es una ventaja tener la posibilidad de acercate a una realidad diferente, y te lo digo porque yo sé lo que es dormir en un segundo piso para que no te lleguen balazos, salir a las 5:00am para que no te roben lo que llevas, ver como gente que lo tenía todo llega a vivir al hogar del cristo al otro día, pero nunca podré saber lo que ellos pasan, pues yo estoy acá en mi casa del barrio alto escribiendo en tu blog y siempre supe que iba a volver acá, pero lo que queda luego de esas experiencias es la indignación, el dolor que transmitieron esas personas por medio de sus experiencias y las ganas que se generaron en mi por ayudarlas.
Camila, la capacidad de indignarse frente al dolor de otros es algo que se desarrolla, algo que se aprende, y una vez que lo haces, nunca más diagnosticas el mundo desde una perspectiva individual, pues eso es lo que reproduce todo lo que a tí te está molestando hoy en dia; una clase social que se siente abandonada por quienes tienen más producto de una desigualdad enorme. Y no te olvides que tu el dia de mañana vas a ser de los que tienen más.
No me daría el trabajo de escribirte si no creyera que eres capas de comprender esto y quizás, más adelante poder cambiar el nombre de tu blog luego de vivir "algo" de lo que ellos viven, pues hasta en los ambientes más adversos y agresivos queda algo que podemos rescatar y aprehender.
El título del blog se me ocurrió, si se parece a otra cosa es mera coincidencia.
ResponderEliminarHe vivido en lugares súper distintos, somos medio nómades en mi casa, así que he visto de todo. Lo que escribí es eso, no es algo que vaya más allá. En la vida hay de todo, hay gente que se esfuerza por salir adelante y otros que prefieren meterse en una casa habitada, sacarte lo que pillen y que te dejen una sensación de vulnerabilidad e impotencia increíble.
Gracias por tu comentario.
He vivido toda mi vida en peñalolén, la comuna flaite de la que hablas, así que bienvenida a la realidad. Afortunadamente donde vivo no es tan así, no hay olor a pipí, no hay perros, no hay paraderos quemados ni nada. Pero sé que cuatro cuadras más arriba cambia totalmente el panorama. Acá la gente es distinta, y no se da cuenta que el alcalde gasta más en publicidad o en ponerle a toda su comisión chaquetitas rojas, que en invertir en lo que la comuna necesita. Y no es por que la gente no quiera, es que... o están más preocupados de trabajar pa poder comer y vestirse, o (lo más jóvenes) están robando o perdiendo el tiempo formando parte de alguna barra de equipo de fútbol.
ResponderEliminarQue pena que en este mes no hayas podido llegar a tu universidad con la comodidad que quisieras, y que pena que hay gente que lleva años tomando 2 micros horribles y en lugares peligrosos por que no les queda de otra.
Eso! me despido de aquí, la comuna Shula.
Nino!!somos shulivecinas!!!jajajaja
ResponderEliminarRespecto a la micro... no queda de otra que darse esa tremenda vuelta, es lo que hay.
Yo creo que la gente que no se da cuenta es la de los extremos (por ejemplo, las pircas y el campamento de ahí de consistorial), porque los de la municipalidad simplemente no se meten allá (porque es muy high o porque les da miedo)... igual quizás lo notan, pero qué se le va a hacer?