lunes, 27 de febrero de 2012

Sigo sin entender

Sigo sin entender a las personas. ¿Es tan difícil decir que no de una vez? Hay gente que le teme mucho a quedar como pesado o mala onda. Yo prefiero eso, caerle mal a todo el mundo y que digan "es que ella llega y dice las cosas". Eso se llama sinceridad. ¿Es que para qué quiero ser buena onda con alguien que me cae mal o que no me interesa, entonces cuando esa persona me pida algo yo me haga la interesada y después me corro?. Prefiero rayar la cancha a la primera y chao. Y ser sincera y quedar tranquila conmigo misma, aunque los demás digan que una es enojona, pero no se dan cuenta que eso pasa porque al menos yo siempre digo cuando algo me molesta... tal vez a otra persona esa misma situación le molesta, pero se calla... para no quedar como el enojón. No me importa, y por eso mismo no entiendo a la gente.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Felipe :)


Un día de invierno en el 2008 iba con mi mamá por la calle, precisamente en Lyon con Providencia, cuando de lejos creo ver unos peluches en el suelo, y ella me corrige. "Son perros, vamos a verlos, son esos arrugados que me gustan". Y me enamoré de ellos. Y siempre quize tener uno. Hasta el domingo pasado, que tras trabajar 2 meses y molestar y molestar pude convencer a mi familia de comprarme el perro. Es precioso. Tiene ocho mil cuatrocientas veintucuatro arrugas, hace pipí y popó en el patio, le gusta el cariñito y dormir estirado en las baldosas o en el piso flotante. Tiene pesadillas, ronca y muerde lo que pueda. No le gusta comer y tomar agua solo y le limpiamos sus ojitos con té dos veces al día. Se le afilaron sus dientes de forma muy peligrosa, pero llegó a unir a la familia, todos lo adoran, hasta la hueona de mi hermana, que le tiene miedo a los perros. Me voy, porque toca su limpieza de ojitos. <3