miércoles, 15 de agosto de 2012

:)

¿Por qué terminé estudiando lo que estudié? Cuando era chica quise ser tantas cosas...
Primero me gustaba la música, tocaba guitarra y cantaba (todo en pasado, perdí el talento)... pero sabía que no viviría de eso... hasta en un momento pensé en teatro, pero esa loca idea se fue altiro. Después quise computación, un poco inspirada en mi papá... hasta el día de hoy me gusta usar el computador, pero no sé si la computación :P (¿o es muy tonto lo que estoy diciendo?). También me gustaban las ciencias, las matemáticas, los idiomas, cosas que hasta hoy me gustan mucho... ¿pero dedicarme a eso toda la vida? Y cuando fui creciendo me di cuenta que nada me gustaba lo suficiente como para entregarle todo mi tiempo.
Nunca se me van a olvidar esos tests que nos hacían en el colegio de preferencias, y todo me gustaba por igual, pero no mucho. Hasta ese día que se paseaba una hoja con tu nombre por el curso y todos te escribían en lo que te veían y sin bromear salieron cosas como: psicóloga, abogada, profesora de educación física, médico, profesora de inglés, ingeniero comercial, profesora de matemáticas... y son las que me acuerdo. 
Por alguna razón terminé decidiendo, casi a última hora, que quería medicina. ¿Por qué? Por mi inclinación hacia las ciencias, la salud y el servicio. Y por otra razón las cosas no se dieron y entré a kinesiología. Y siempre con la idea en mente que mi orientación era hacia la traumatología.
Como entré a scout hace muchos años, y a pesar que ya no soy miembro de ningún grupo siempre lo seré, uno de los principios que siempre me ha guiado ha sido el servir sin esperar recompensa. Pero cuando viene acompañado de la recompensa es demasiado bonito, y es así simplemente porque uno lo hace con humildad y no pensando en que eres un dios que le soluciona la vida a la gente. Las cosas con las que la gente es capaz de retribuirte por lo que haces por ellos... no tiene ningún precio y no lo entrega ninguna otra profesión.
No es lo mismo el agradecimiento que le entrega el cliente al banco que le aprobó el crédito hipotecario, o el que recibe el arquitecto que te diseñó la casa como quisiste, o el del médico que te diagnosticó esa enfermedad, o el del carabinero que detuvo al lanza que te robó... lo mejor son frases como "ahora ya no me canso al hablar", "ahora me puedo lavar el pelo", "ya no estoy con bastones"... son cosas tan simples, y son las cosas que se necesitan para hacer algo más complejo, son la base...
Estoy feliz de cómo se dieron las cosas y de dónde estoy... :)

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